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Los sismos silenciosos podrían ayudar a predecir terremotos

¿Lo sabías…? Hay sismos que no sentimos, pero qué ahí están; se les llama silenciosos o lentos. Son eventos de deslizamiento de la corteza terrestre, movimientos telúricos que se caracterizan por ser de baja intensidad y larga duración, pueden durar horas o meses, y son imperceptibles para los seres humanos.

De acuerdo con la UNAM, los sismos silenciosos en México duran hasta seis u ocho meses y ocurren entre las placas tectónicas de Cocos (que es oceánica) y la de Norteamérica (que es continental), sin que sean percibidos por los seres humanos.

En el país estos movimientos ocurren con cierta periodicidad, cada 3.5 años en Guerrero y 1.5 en Oaxaca, aproximadamente.

La mayoría se produce a mayor profundidad (sobre la interfaz de las placas) que es donde suceden los terremotos potencialmente devastadores, señala Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Respecto a ¿si los sismos silenciosos podrían ayudar a anticipar terremotos?, el experto explica que pareciera que los “sismos lentos son una condición necesaria, más no suficiente para un terremoto”.

“Si empieza un evento lento, hay que tener cuidado. Todavía faltan investigaciones, pero esto es importante porque podemos hacer, no pronóstico, no predicción; pero cierto tipo de precaución”.

Vladimir Kostolglodov, investigador UNAM en la conferencia “México, primer país del mundo en medir la rotación del fondo oceánico producida por sismos lentos” señaló que se observaron, por lo menos, seis terremotos que ocurrieron después del inicio de un sismo lento.

Desde que fueron descubiertos los sismos silenciosos en 1997, algunos de éstos se han logrado registrar antes de terremotos, pero hace falta más investigación.

“Pero tras ocurrir un sismo lento, no siempre ha ocurrido un sismo devastador después, parece que es una condición necesaria, pero no suficiente.

De ahí que el monitoreo con este tipo de redes, que es la punta de lanza en la sismología actual, es el insumo que se requiere para poder identificar fenómenos que puedan eventualmente indicar la posibilidad de que haya un gran terremoto”, explica Víctor Manuel Cruz.

Y es que investigadores de la UNAM, lograron medir por primera vez la rotación del fondo oceánico que produce los llamados sismos silenciosos o lentos, lo que podría ayudar a comprender el origen de los grandes tsunamis y hacer un pronóstico de terremotos en México.

El grupo de sismólogos del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM presentó los resultados del Proyecto SATREPS, que funcionó desde 2016 al 2022 en cooperación con la Universidad de Kioto, Japón.

A través del cual se instaló una red anfibia de dispositivos de investigación en las costas mexicanas de Guerrero para estudiar sismos silenciosos y sus efectos en las placas tectónicas.

Dentro de los principales hallazgos encontraron que los últimos seis sismos grandes con epicentro en Guerrero y Oaxaca sucedieron después de varios de menor magnitud o “silenciosos”. Por lo que valdría la pena estar atentos a estos movimientos, muchas veces imperceptibles.

Los investigadores de la UNAM creen que esta investigación es un paso trascendental en el monitoreo y eventual identificación de sismos de gran magnitud en el país. Aunque recordaron que estos fenómenos no se pueden predecir.

Vladimir Kostolglodov, jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que “cuando es estable el régimen de eventos lentos cada cuatro años, hay que esperar que pueda ocurrir un sismo, no ciertamente que ocurra, pero puede ocurrir”. PdC.

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