Miscelánea

Para evitar su degradación…

*Plantean convertir a cenotes de Yucatán como santuarios en Áreas Naturales Protegidas 

Quienes conocen los cenotes, estamos seguros que han quedado maravillados con esos hermosos estanques naturales de agua dulce, los que son abastecidos por ríos subterráneos que se forman en numerosos lugares de la península de Yucatán.

De acuerdo al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, el término cenote sólo se utiliza en México y proviene de la palabra maya “dzonot” que significa “abismo”.

Debido a su composición geológica, el suelo de la Península de Yucatán es una especie de esponja, cuando llueve, absorbe toda la humedad.

El agua que se filtra a través del suelo comienza a disolverse dando paso a cavernas que pueden estar parcial o totalmente inundadas, cuando una de esas cavernas colapsa debido a la erosión se forman los cenotes.

El proceso de formación de los cenotes puede durar cientos de miles de años. Existen cenotes abiertos, semiabiertos, antiguos y de caverna, su clasificación depende principalmente de su edad.

El entorno natural de la Península de Yucatán, es lo que hace de estos lugares, escenarios realmente espectaculares.

Para la cultura maya, los cenotes eran considerados fuentes de vida, además de proporcionar el líquido vital eran una entrada hacia otro mundo y centro de comunión con los dioses.

Hoy los cenotes siguen siendo tan importantes que en el Congreso se plantea incorporarlos como santuarios, darles la categoría de Áreas Naturales Protegidas.

“Tomando en cuenta la relevancia que representan los cenotes, se propone que éstos cuerpos de agua se constituyan bajo la tutela de Áreas Naturales Protegidas en su modalidad de santuarios”, propone la senadora Verónica Delgadillo García.

Y es que tan sólo en el estado de Yucatán se tiene el registro de cerca de 3 mil 200 cenotes, pero según  estimaciones de especialistas, éstos cuerpos de agua pueden llegar a ascender a diez o 15 mil, de los cuales se calcula que entre 70 y 80 por ciento presentan algún grado de contaminación.

En este sentido, la legisladora explicó que al ser constituidos como santuarios, en éstas áreas naturales protegidas únicamente se podrán llevar a cabo actividades correspondientes a la investigación, educación ambiental, recreación y turismo de bajo impacto, y quedaría su prohibición para un aprovechamiento extractivo.

México es conocido a nivel internacional como un país que alberga una gran biodiversidad en sus múltiples ecosistemas, y la península de Yucatán, conformada por las entidades de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en particular aloja una red hidrológica subterránea muy peculiar al ser una gran reserva acuífera que representa más del 32 por ciento de la recarga media de todo el país.

Dentro de este ecosistema se encuentran depresiones o depósitos naturales originados en las rocas y que contienen agua de manera permanente o temporal llamados cenotes.

Éstos son geoformas resultado de la disolución y colapso de rocas solubles como la caliza, proceso conocido como karstificación en el ámbito de las geo ciencias, que además de representar un sistema vivo e interconectado.

Que también tienen una importancia fundamental para los pueblos originarios y comunidades indígenas que habitan la zona y que guardan una estrecha relación con ellos.

“La sustancial conservación y protección de los cenotes recae en que estos cuerpos de agua forman parte de una serie de ríos subterráneos con características únicas, que les han permitido convertirse en una de las reservas de agua dulce más importantes del país”.

A fin de mantener el equilibrio ecológico y garantizar los derechos humanos de acceso al agua y de un ambiente sano, la senadora Verónica Delgadillo García propuso modificaciones a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para incorporar a los cenotes como santuarios en las áreas naturales protegidas. PdC.

 

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