Ver “Desafiantes“ de Luca Guadagnino es asistir a un partido de tenis en vivo. Emocionante, pero otras veces aburrido. Y a ver, la comparación no solo es mía, sino que es mencionada literalmente varias veces en la película.
“El tenis es como una relación”, dice Tashi Duncan (Zendaya), la fría y tranquila reina del hielo. “¿Estamos hablando de tenis?” pregunta más tarde el jugador Patrick Zweig (Josh O’Connor), a lo que ella responde: “Siempre hablamos de tenis”.
Es uno de tantos momentos confusos en “Desafiantes“, que tiene todo el brillo y la sensualidad de un thriller erótico de los años 90 sin el sexo real.
Tashi, quien en 2019 es la mente detrás de la carrera estancada de su esposo Art (Mike Faist). Con la esperanza de devolverle el brillo a la carrera de Art, Tashi lo inscribe en una competencia local de tenis en New Rochelle, donde coincidentemente forma equipo con su antiguo amigo, Patrick Zweig.
Y bueno se sabe poco sobre Tashi como personaje, aparte de su pasado como atleta universitaria de élite truncada por una devastadora lesión de rodilla. Una vez que eso sucede, se convierte en un enigma total, con Zendaya puesta para ser tan tranquila como para parecer furiosa. Tashi ciertamente está amargada por perder la oportunidad de ser una estrella, y está frustrada de que Art esté contento de volver antes de los 40.
Zendaya hace un gran esfuerzo con el papel, feroz en los momentos en que Tashi puede ser la entrenadora mala y exigente, hay un fuego genuino en su actuación. Pero… a menudo se ve empañada por escenas bellamente filmadas en cámara lenta que pretenden darle gravedad, y solo logran verse ridículas.
La verdadera fuerza proviene de Mike Faist y Josh O’Connor, cuya química es a menudo más intensa que con Zendaya. Una escena entre los dos en un sauna encapsula perfectamente su relación y, a veces, es frustrante que la película no sepa cómo equilibrar entre su historia y la de Tashi. Josh O’Connor está formidable, en un papel que requiere que sea todo astucia y confianza en sí mismo.
La relación de trío promete, aunque todo se siente mucho más casto de lo que se espera. Y sí, la juventud de hoy no necesariamente necesita sexo en sus películas para crear intimidad, pero la expectativa es que se verá un buen montón de chispa en la pantalla cuando, en realidad, las cosas nunca llegan a calentarse realmente.
Apunte final: Los peros radican más en la realización cinematográfica. El uso excesivo de cámara lenta es un gran problema, al igual la música que suena cada vez que dos de los tres personajes comienzan a discutir.
Es frustrante, ya que hay muchos momentos individuales donde “Desafiantes“ cobra vida. Mike Faist, Josh O’Connor y Zendaya tienen la capacidad de enfrentar el desafío… pero el guion se vuelve un obstáculo con revés incluido. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.