Por desgracia cada vez es más frecuente enterarnos que amigos, conocidos o familiares tengan esclerosis. Se escucha fuerte y grave, pero bien a bien no sabemos qué significa esta enfermedad.
Les platicamos que la esclerosis múltiple (EM) es una gran simuladora porque puede manifestarse ocasionalmente con debilidad en brazos y piernas, o con adormecimiento y hormigueo posterior en esas extremidades.
Así como un poco de marcha inestable, se exhibe con episodios de visión doble, vértigo, o incluso con problemas de tipo sexual, intestinal, en la vejiga, o con fatiga, pero no hay nada específico.
El coordinador de Comités Académicos en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, Víctor Hugo Olmedo Canchola, explica que la esclerosis múltiple es producida cuando el sistema inmunitario ataca el encéfalo y la médula espinal.
Desafortunadamente, comenta, se descubre de manera tardía porque los pacientes tienen periodos en los que hay síntomas y de pronto pueden mejorar por meses, incluso años, y viene otra recaída, esto dificulta al médico llegar a un diagnóstico porque los indicios no son absolutamente definidos.
A veces las personas enfermas los dejan pasar por alto, esto retrasa el manejo y, por supuesto, el tratamiento.
El médico internista y maestro en Epidemiología refiere que habitualmente no se determina padecerla porque es poco frecuente, y entonces se elucubra en patologías que son más usuales.
La confirmación de manera recurrente es mediante resonancia magnética, ese estudio implica ver la imagen en el interior del cerebro y ahí se notan las placas escleróticas en varios sitios, de ahí el nombre de la enfermedad.
De acuerdo con el experto, este mal es autoinmunitario, lo que quiere decir que las propias células de la persona atacan a las otras en la vaina de mielina, como si no las reconociera, como si no fueran propias, y las empiezan a destruir.
Es precisamente el momento en que comienza esto cuando hay recaída y luego un lapso de estabilización y regresa. Esas vainas de mielina las encontramos regularmente en la sustancia blanca a nivel cerebral o medular, y es ahí donde se ubican las placas escleróticas. PdC.