“El último escape“, es un chulo homenaje a dos grandes nombres del cine, Michael Caine y Glenda Jackson. Este digno y conmovedor trabajo dejará pocos ojos secos entre quienes han seguido sus largas y emocionantes carreras. “El último escape”, salpicada de momentos que parecen auténticos, les cae como anillo al dedo.
Estos orgullosos actores de clase trabajadora, nunca sintieron la necesidad de transformar sus acentos para escalar en sus carreras. Glenda Jackson, quien falleció el año pasado, fue una actriz brillante y valiente, conocida por sus interpretaciones de reyes y reinas antes de abandonar la actuación para entrar al Parlamento del Reino Unido como diputada laborista.
Michael Caine, ahora de 90 años, sigue adelante con su característica picardía, manteniendo su acento cockney, creyendo que sería un buen modelo a seguir para los jóvenes actores que no nacieron en el privilegio.
“El último escape”, dirigida por Oliver Parker y escrita por William Ivory, también rinde homenaje a los valientes veteranos aliados de la Segunda Guerra Mundial. Basada en la historia real de Bernard Jordan, un veterano de la Royal Navy de 89 años que, tras perder la oportunidad de unirse a las celebraciones del Día D en 2014, se las arregla para llegar de todos modos. La historia sigue a Bernie desde su hogar de ancianos en la costa inglesa hasta Francia, donde se une a un ex piloto de la RAF, enfrentando juntos sus demonios.
En “El último escape”, Michael Caine interpreta a Bernie, un jubilado que besa a su esposa Rene (Glenda Jackson) antes de escabullirse de su hogar para tomar un autobús a Portsmouth y abordar un ferry hacia la costa francesa. Sus actuaciones son valientes, mostrando sus fragilidades en pantalla.
“El último escape” también nos invita a revisitar las obras que hicieron famosos a estos dos actores. Michael Caine ha interpretado muchos roles a lo largo de su carrera, incluido el mayordomo de Batman. Aquí, él y Glenda Jackson representan a una pareja mayor que se enamoró durante la guerra y ha permanecido unida desde entonces. Las escenas retrospectivas de la pareja joven, interpretadas por Laura Marcus y Will Fletcher, son dulces, pero, creo, innecesarias.
Aunque “El último escape” podría haber caído fácilmente en un drama televisivo británico, la presencia de Michael Caine y Glenda Jackson eleva el material. Sus interacciones pícaras y directas, su cariño mutuo y su capacidad para no dejarse amedrentar, como cuando Bernie desinfla las llantas de unos ciclistas agresivos, son encantadoras y auténticas.
Concluyo, “El último escape” destaca la química y el talento de Michael Caine y Glenda Jackson, recordándonos porque estos dos titanes del cine han dejado una huella imborrable. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.