Miscelánea

Diciembre, mes de magia e ilusión

“…A lo largo de los siglos, la Navidad ha sido una ocasión y muy especialmente un estímulo, para que el hombre, de nación o cultura cristiana alcance su mayor grado de humanidad”

Breve historia de la Navidad. (2013) Francisco José Gómez.

Por Luisa García.

Hoy iniciamos uno de los meses con más magia y esperanza, diciembre. Y aunque a algunas personas no les agrada esta época, ya sea porque les trae recuerdos tristes o porque consideran que todo es comercialización, lo cierto es que siempre la Navidad tiene tintes mágicos por las emociones que afloran. Pero, ¿qué sabemos de la Navidad?, hagamos un pequeño recorrido por la historia de este gran evento que siempre esperamos con alegría.

A lo largo de la historia, las festividades navideñas han sido parte importante dentro de la cultura cristiana. En México, se tiene el origen de esta celebración desde el siglo XVI, cuando comenzó la evangelización por parte de los peninsulares que llegaron al territorio.

Los monjes agustinos, aprovecharon dentro de la evangelización, incluir este festejo, debido a que los aztecas celebraban el nacimientos de Huitzilopoxchtli, estos fueron transformando la idea que se tenía y mostraban el nacimiento de Jesús, para que se celebrara la Navidad. Con el tiempo, las celebraciones y representaciones que tenían de sus dioses, se fue transformando entre los pueblos recientemente evangelizados.

Durante esta época los frailes fueron los encargados de la evangelización, y con ello, también buscaron desarraigar la tradición que existía de los aztecas, pues la época invernal coincidía con la celebración del nacimiento de Huitzilopochtli, y la llamada fiesta “Panquetzañiztli” del advenimiento del Dios de la guerra, encaja con las fechas de la Navidad y las posadas, que se celebraban bajo la religión cristiana, que fue traída por los occidentales.

Durante el siglo XIX, fue un periodo de inestabilidad, violencia, levantamientos, pero pese a la situación por la que atravesaba el país, las festividades navideñas, traían un sentimiento de júbilo para la sociedad y los festejos que realizaban con mucho entusiasmo.

Las fiestas decembrinas giran alrededor del nacimiento del niño Jesús, sin embargo, los festejos comienzan con las llamadas “Posadas” que inician nueve días antes de la Navidad, esta fiesta representa el camino recorrido por Jesús y María a Belén, donde buscaban asilo para el día del nacimiento de Jesús. También hace referencia a los nueve meses de embarazo de María.

Parte fundamental de estos homenajes, están orientados a las creencias religiosas, por lo que vemos que más allá de festejos; todos están conducidos a realizar su culto religioso, que permite la convivencia, pero fuese más una ofrenda para exaltar sus creencias.

Las posadas, pastorelas y misas solemnes que venían antes del gran día, eran celebradas por las clases sociales que imperaban. Así como las familias adineradas, celebraban las 9 posadas con cenas lujosas, las clases bajas lo organizaban bajo cooperación diaria, durante los siguientes nueve días.

Llegada la Nochebuena, se realizaba una gran celebración en el Zócalo, se ofrecía la misa de gallo a medianoche, con comida típica, como buñuelos, naranjas dulces, pulques y demás.

Fue durante el Segundo Imperio, con Maximiliano y Carlota, quienes trajeron e incluyeron a la tradición el Árbol de Navidad. Se cuenta que la primera vez que se vio fue en Palacio Imperial de Chapultepec, y para aquella época, fue una novedad el ver que se ponía adornos en un árbol.

Fue la aristocracia que estaba a favor de ellos, quienes fueron adoptando de poco a poco la tradición, sin embargo, una vez que cayó el Segundo Imperio, el presidente Benito Juárez prohibió el uso de este adorno. Con el paso del tiempo se fue incluyendo nuevamente, y volviéndose parte de la tradición navideña. PdC.

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