¿Recuerdan la película “El hombre bicentenario”, el “sentimiento” que nace en el robot a través de la convivencia con su dueño que lo lleva a querer convertirse en humano?
Les platico que la pregunta viene a raíz de lo que sucede en el continente asiático donde se tiene conocimiento de relaciones “sentimentales” o “uniones establecidas” entre humanos y robots.
Jesús Savage Carmona, especialista en robots móviles y agentes inteligentes, a propósito de las versiones difundidas en el mundo sobre parejas “establecidas” entre humanos y autómatas en el continente asiático, señala que se ha extrapolado la información sobre lo que ocurre.
Ha habido casos de robots como ‘Sofía’ que hasta le fue otorgada la nacionalidad en Arabia Saudita, incluso cuenta con pasaporte para viajar, pero en realidad la robot no tiene conciencia, es un autómata, que aun con cierta autonomía, alguien controla, explica.
Y sobre esta “relación humano-robot” comenta que la escena entonces lejana y ficticia contenida en filmes, literatura y música de una relación afectiva entre humanos y robots, cada vez se aproxima más, aunque no en un futuro inmediato.
Pues dice que para que ocurra se requiere que sus sistemas evolucionen y se hagan más complejos, a fin de que sean entes “conscientes o semiconscientes”, y que se posibilite esa relación.
Primero debemos definir qué es el afecto para poder decir “mi robot me quiere”; se posibilita a través de la ciencia, podemos simular eso, por supuesto que lograríamos hacer que responda, me mire y considerar que manifieste una emoción al verme.
Pero, señala, debemos dejar claro que eso es totalmente artificial, puede considerarse en apariencia realista, pero no es indicativo que lo haga en forma natural: “es mentira eso que te muestra”.
El fundador y titular del Laboratorio de Biorobótica en la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, Jesús Savage afirma que ese acercamiento se puede considerar cuando se defina cómo ‘llevar’ esa ‘conciencia’ y qué sitio cerebral se activa para indicar que un ente es ‘consciente’.
“Creo que lo vamos a hacer, no quiero predecir, pero puede llevar 30 años, 100 años, no lo sé”, señala. PdC.