Seguros

“Mi amiga la de los seguros”

¿Qué es un seguro?

Todos tenemos una amiga que vende seguros y la verdad es que siempre que nos busca o pensamos ¡como da lata! o evitamos contestar o no leemos sus mensajes porque nuestra creencia es que los seguros no sirven para nada, nunca pagan y todo lo que no cubre viene en letras chiquitas.

Además pensamos que a mí nunca me va a pasar nada. En resumen, no creemos en lo seguros y si lo compramos, lo hacemos para hacerle un favor a ella, cuando en realidad el favor nos lo estamos haciendo nosotros.

Más allá de las creencias o mitos que tenemos de ellos, ¿realmente sabemos qué es un seguro, qué impacto puede tener en nuestra economía, en nuestras vidas y en la de nuestros seres queridos?

Te platico que un seguro es un instrumento financiero que te apoya económicamente cuando un suceso inesperado se presenta. La palabra correcta para un suceso inesperado o no previsto es RIESGO.

Para hablar de seguros inevitablemente tenemos que hablar primero de riesgos, ¿una persona común qué riesgos podría correr? Sé  corren riesgos en todas partes que nunca nos imaginamos y menos cómo los enfrentaríamos si sucedieran.

Un riesgo que cualquier persona podría tener sería una enfermedad, una pandemia en el mundo, un accidente o bien un fallecimiento inesperado que deje a tu familia desprotegida económicamente o una incapacidad que no permita que sigas trabajando eso hablando de nosotros o de algún ser querido.

Pero también hay riesgos que corre nuestra casa, como un incendio o una inundación; nuestro negocio un robo de equipos o bien un choque dañando un auto caro o incluso un coche no tan caro; esto por mencionar situaciones que le puede suceder a cualquiera.

Ahora bien, reparar el daño tiene un alto costo emocional y también un impacto en nuestros bolsillos, en nuestros planes y en nuestros sueños.

Como dicen por ahí: “las penas con pan son menos”, pero por desconocimiento o negligencia nos aferramos a enfrentar esos riesgos por nuestra cuenta y eso implica gastar nuestros ahorros o pedir fuertes préstamos para poder afrontar los gastos y aun así quizá no se logre solucionar el problema aunado a la angustia de no poder darle la mejor atención médica a nuestra familia, o contar con un techo para dormir  e incluso evitar una situación financiera desafortunada.

En algunos casos  se podría evitar  que algunos riesgos sucedieran, quizá poniendo alarmas, cuidando la salud o bien guardando el coche en estacionamientos, pero eso siempre y cuando sean situaciones controlables.

Sin embargo, todos lo sabemos, no es que yo lo invente para convencerlos, pero los desastres naturales, las enfermedades graves y la muerte llegan sin avisar, y cuando suceden, buscamos a nuestra amiga la de los seguros para comprarle el seguro de Gastos Médicos o el de coche o el que sea; porque aquello que pensamos que nunca iba a suceder sucedió.

En ese momento ya no hay nada que hacer, porque como se comenta por ahí: “un seguro se compra con salud y con dinero”.

Las aseguradoras toman tus riesgos e indemnizan a muchas familias y empresas pagando millones de pesos para resarcir  aquellos riesgos que le fueron transferidos, pero  también pagan en función de las coberturas que se eligen al comprar.

Cuando se decide comprar un seguro, lo mejor será siempre asesorarse correctamente con un especialista (tu amiga la de los seguros), si pides que te venda el seguro de más bajo costo, verifica que cubra todo aquello que ayudará a que recibas el pago necesario para arreglar el daño en caso que suceda.

Ahora sí, la próxima vez que te busque tu amiga la de los seguros, escúchala; lo que te quiere ofrecer es tranquilidad y el mejor regalo de amor para ti y tu familia. PdC.

Por Queta Alarcón

 

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