Recuerdo que de pequeña cuando se le gritaba a un perro, en especial a los callejeros, se les llamaba “Firulais” y creo que de niños pensábamos que todoooos los perros eran “Firulais”.
Actualmente ya casi o no se usa esta expresión para los lomitos, ahora los callejeritos cuando son rescatados, de inmediato se les da un nombre y si andan vagando por el mundo pues ya no se les grita así.
Pero… quién decidió llamarlos así, de dónde sale este nombre y por qué, bueno pues no me quedó de otra que resolver mis dudas y como siempre el dios del internet Google salió al quite y encontré la página de México Desconocido donde explican cómo surge.
De acuerdo a esta publicación menciona que es un anglicismo y hay otra versión que asegura que su origen deriva de un payaso tapatío así que veamos cual es cual
La primera versión es de las más comunes y su origen deriva de la expresión free of lice que en español significa “libre de pulgas. Esta frase era muy usada a mediados del siglo XX por las autoridades estadounidenses.
Se dice que cuando los migrantes mexicanos llegaban a trabajar a Estados Unidos, las autoridades les pedían que los perritos que los acompañaban estuvieran “libres de pulgas” y de cualquier otro parasito. Debido a la diferencia entre ambos idiomas, la expresión comenzó a deformarse pasó de “free of lice” a Fri yu lais y de ahí a Firulais.
Esto hizo que los migrantes cuando regresaban a México “presumían” a sus familiares que sus perritos eran finos y no mestizos, como respuesta y ante la presunción de sus connacionales las personas comenzaron a llamar Firulais a los callejeritos sin importar que tuvieran pulgas o no.
La otra versión del origen está en Jalisco; hace tiempo existía un torero tapatío que tuvo que abandonar la tauromaquia debido a la presión de sus padres. A pesar de provenir de una familia muy rica, una vez que murieron sus padres él gastó la fortuna de forma impulsiva y al quedarse sin dinero optó por convertirse en payaso para sobrevivir.
Se dice que tiempo después el payaso adoptó a un perrito callejero al que de momento lo nombró “Firulais”. Cuando este peludito murió, el dueño comenzó a llamar a todos los callejeritos con este nombre e incluso lo adoptó como apodo propio y así se le quedo el nombre de El Payaso Firulais.
En este caso, cada uno puede adoptar la versión que más les guste, a mí en lo particular me agrada más la de “free of lice” que se me hace más graciosa y bueno ya sea que les llamemos lomitos, peludos, perruchos o “Firulais” cuando vean a un callejerito denle algo de comer o por lo menos una palabra de cariño que con eso les harán el día más agradable.
Como siempre les deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.
Por La Loca del Gato 🐈 y Otras…