Entre las propias exigencias de las empresas en donde se labora, de los tiempos actuales y que por generaciones se nos ha educado a tener siempre un compromiso con el trabajo, los mexicanos nos hemos convertido en personas que no descansamos y que nos cuesta trabajo “desconectarnos” por miedo a que nos despidan o porque no queremos que nos etiqueten como flojos o porque queremos escalar a un nivel laboral mejor.
Cómo ven, a que no sabían que nuestro país es una de las naciones que menos días de vacaciones tiene; en promedio solo son 14 de descanso entre los de prestaciones y oficiales que marca el calendario, y bueno un poquito más si tenemos la suerte de algunos puentes en el año.
Para la investigadora de la Facultad de Piscología (FP) de la UNAM, Erika Villavicencio Ayub, esos 14 días resultan un periodo corto sobre todo si se le disminuye el tiempo que los colaboradores siguen atendiendo pendientes laborales en vez de despejar su mente.
Bueno, esto ya es de nuestra “cosecha”, sobre todo si en la oficina te dan algunos días de descanso, pero con la consigna de que no te desconectes, que estés atento al teléfono celular por si se ofrece algo.
A decir de la experta, el enfoque cultural en materia laboral en nuestro país y la forma en cómo nos educan a comprometernos con el trabajo ocasionan que los empleados se sientan culpables por salir de la oficina a su hora, o “desconectarse” en sus tiempos de descanso o vacaciones.
Estas “presiones” ha llevado a demostrar con acciones que nuestro trabajo nos interesa, como el tener el escritorio lleno de papeles o quedarse más tiempo de los horarios establecidos; que no necesariamente brinda los mejores resultados, pero sí se desencadenan factores de riesgo psicosocial, señala la investigadora.
Un estudio publicado en el Journal of Happiness Studies demostró que debido a que se necesita tiempo para relajarse tras un periodo de trabajo estresante y aclimatarse a las vacaciones, hacen falta ocho días más de estas para que se perciban plenamente los beneficios del descanso.
Ya lo decíamos nosotros, que se necesitan unos días más para descansar de las vacaciones.
De acuerdo a la académica un periodo vacacional en el cual se logra reposo pleno puede ser de más de tres días, si la gente se desentiende de lo laboral. En este tiempo se pueden planear actividades que produzcan bienestar y placer, que ayuden a olvidarse de la cotidianeidad del trabajo; también sugirió activarse físicamente para tener buena salud física en general.
Erika Villavicencio experta de la Facultad de Psicología (@unam_psicologia) explica que al tener un verdadero descanso, nuestros procesos de atención se optimizan al regresar a desarrollar una actividad que requiere concentración, de lo contrario la persona se bloquea y se complica la entrega de buenos resultados.
Se trata de cumplir con tiempos y entregables que nos solicitan en lo laboral, pero hacerlo de una forma orquestada y con ello no solamente hay prontitud de entrega de resultados o disminución de conflictos, sino que producimos un mejor clima laboral.
La especialista considera que al buscar el equilibrio entre la vida laboral y la personal está la oportunidad de disfrutar las vacaciones para que al regreso se pueda mejorar el desempeño. PdC.
