Miscelánea

¿Una tortita?

Hoy decidí que era un muuuuy buen momento para comerme una rica tortita de tamal verde o como la conocemos en la Ciudad de México, “una guajolota”.  Con gran entusiasmo estaba comiendo este singular manjar cuando me quede pensando que cuándo, cómo o dónde había sido creado el maravilloso bolillo.

Así que no quedó otra que buscar en master Google y dando mordida a mi “guajolota” y busca que te busca encontré la página web lalider.mx donde cuentan toooodo sobre el bolillito así que ahí les voy con la información recabada.

El bolillo es una herencia de origen colonial. Es sabido que en la época precolombina se producían algunas variedades de pan hecho de harina de amaranto, maíz o mezquite revuelto con miel. Cabe mencionar que el trigo y otros cereales fueron introducidos por los españoles.

Los indígenas utilizaban metates de piedra para moler los granos y semillas y convertirlos en harina. Los españoles introdujeron molinos de rueda de piedra, impulsados por energía hidráulica o animales.

El origen se remonta a la llegada del trigo a territorio americano. Hay varios relatos populares que señalan a un esclavo afrodescendiente, Juan Garrido criado de Hernán Cortés, como el responsable de la llegada del trigo al nuevo mundo.

Se dice que en un bulto de arroz encontró tres granos de trigo que decidió sembrar dando origen a lo que se convertiría en una enorme tradición panadera. Uno de los primeros panes hechos con trigo en México fue el pambaxo, ancestro del actual pambazo.

El Porfiriato fue un momento clave para la historia de la panadería en nuestro país. Al poner atención en la consistencia y preparación del bolillo, se pueden observar características heredadas de la panadería francesa.

La crujiente capa en el exterior, que resguarda el suave y esponjoso interior, ummmm que rico, es una herencia francesa que sufrió algunos cambios al ser adoptada en el país. En cuanto al procedimiento de preparación, la masa utilizada se llama “masa madre” y es originaria de Francia.

Ahora remontémonos a la época de Maximiliano, la hipótesis más aceptada sobre el origen del bolillo cuenta que fue introducido a México por Camille Pirotte, panadero belga de Maximiliano de Habsburgo. Estando en Guadalajara el emperador Maximiliano ordenó a las tropas que debían enseñar a los tapatíos los oficios y conocimientos que dominaban.

Uno de los principales inconvenientes que enfrentó Camille Pirotte fue la falta de levadura necesaria para la preparación del pan. Tras varias pruebas con un mismo tipo de masa y después de dejarla podrir, descubrió la fórmula.

Pirotte se volvió muy popular y querido por los tapatíos debido a que regalaba a la población el pan que no se vendía después de 48 horas. De aquí surge el nombre del pan, conocido como “birote”, pues al no poder pronunciar el apellido del famoso panadero, las personas comenzaron a llamarle birote.

Como resultado del crecimiento de las panaderías en México durante el siglo XX, los panaderos comenzaron a vender el bolillo caliente con el fin de destacar más que la competencia. De ahí surgió la costumbre, que llega hasta nuestros días, de sacar a la venta bolillo calientito cada 20 minutos.

El bolillo o pan de sal tiene distintas variedades, que, aunque parecidas no son lo mismo, entre ellas se encuentra el birote y la telera.

Ahora ya sabemos cómo, dónde y cuándo llego a nuestro país este maravillo manjar que podemos comerlo en torta de jamón o de cualquier otro ingrediente, acompañando un buen plato de mole con pollo y arroz, con unos ricos chilaquiles, y sin olvidarnos las grandiosas tortas ahogadas o con un buen platito de albóndigas.

En fin, como quieran comer un bolillo es estupendo siempre se puede acompañar con todo. Recuerdo que cuando era pequeña e íbamos a casa de mi abuelita partía los bolillos a la mitad, les quitaba el migajón, que todos los nietos nos peleábamos, y luego lo rellenaba de frijolitos negros refritos, los coronaba con mucha crema y queso y nos los daba como si fueran barquillos y claro, todos corríamos a la tele a ver nuestro programa favorito comiendo este rico manjar de los “dioses” y esos recuerdos nunca se olvidan  y hablando de esto ya se me antojó, los voy a hacer y a compartir con mi hijos y ver una peli y recordando a mi Abue.

Dinos con que acompañas tu bolillito. Igual y copiamos tu idea. CM/PdC.

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