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¿Seremos los humanos los mejores amigos del perro?

Por siempre ha sido considerado al perro como “el mejor amigo del hombre”, sin embargo habría que ver si los humanos somos la mejor compañía para ellos. El abandono y el maltrato que algunos “humanos” hacen de ellos ponen en duda esa afirmación.

Y es que has de saber que en 2015 se calculó que había cerca de 23 millones de perros en el país, pero sólo el 30 por ciento tenía hogar, lo que significa que el 70 por ciento restante se encontraba en situación de calle. Obviamente, posición originada por los propios “humanos”.

Y no lo decimos nosotros, expertos como la responsable de Urgencias y Terapia Intensiva del Hospital Veterinario de Especialidades de la UNAM, Ylenia Márquez Peña, comenta que lamentablemente los humanos no hemos aprendido de su entrega pues los abandonamos a la primera de cambio en lugar de esforzarnos por mantener este compromiso que el perro ya realizó con nosotros.

Una vez que nos entrega su confianza, su fe, su amor, jamás la va a retirar. Es algo que nosotros debemos de aprender y no abandonarlos o maltratarlos.

Durante la pandemia por la COVID-19 se vio el gran apoyo emocional que fueron los perros para los seres humanos. Aunque reconocemos su lealtad con frases como ‘ser fiel como un perro’, les hemos fallado, en especial en la última etapa de su vida, cuando requieren más cuidados y entrega, señala la especialista.

Por ello, en el Día Mundial del Perro que se conmemora mañana 21 de julio, la académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, llama a reflexionar sobre el abandono o falta de cuidados que como sociedad tenemos con esta especie, a la que llamamos “nuestro mejor amigo”.

Pero no solo a eso, también a ser dueños o tutores responsables. Cumplir con sus necesidades básicas como darles refugio, alimento, que cuenten con vigilancia médica y permitirles expresar su comportamiento de forma natural, que puedan ladrar, jugar, salir a caminar.

“Se deben sacar a pasear con correa. Esto nos permite mantener el control, evita que puedan agredir a otros animales, que lesionen a personas o generen accidentes”, señala.

Existe también una responsabilidad comunitaria que implica vigilarlos, no permitir que deambulen en la vía pública para evitar que evacúen en la calle y se reproduzcan sin control.

Además, de su esterilización porque “cuando retiramos ovarios o testículos quitamos todo este estímulo hormonal, dejan de tener esta necesidad reproductiva, de entrar en celo o percibir a las hembras en celo”. PdC.

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