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Colesterol: diagnóstico oportuno salva tu vida

Cuando se escucha la palabra colesterol nos preocupa que pueda estar corriendo por nuestras venas y nuestra salud se encuentre en riesgo; sí tenemos que encender luces de alerta sobre todo a la hora de escoger los alimentos a consumir, pero te platicamos que no todo el colesterol es perjudicial; existe el bueno y el malo.

Empecemos primero por saber que el colesterol es una sustancia presente en todas las células; ayuda de múltiples maneras al cuerpo humano y es producido mayoritariamente por el hígado, aunque también puede entrar a nuestro organismo a través de los alimentos.

Es importante conocer más acerca de él para cuidar nuestro cuerpo y reducir el riesgo de padecer hipercolesterolemia, es decir niveles altos de colesterol en sangre.

Existen dos tipos de colesterol: el LDL, comúnmente conocido como “malo”, y el HDL, también llamado “bueno”.

El colesterol que viaja en lipoproteínas de baja densidad (LDL por sus siglas en inglés), transporta el colesterol a los tejidos, pero es “malo” porque cuando sus valores son elevados logra penetrar en las arterias provocando complicaciones.

En cambio, el HDL, lipoproteínas de alta densidad, el “bueno”, extrae el exceso del colesterol de las arterias y tejidos del cuerpo, regresándolo de forma segura al hígado, desde donde es expulsado a través de la bilis.

Ambos tipos son necesarios para el cuerpo, sin embargo, se debe procurar que el colesterol total esté por debajo de 200 mg/dl y el LDL por debajo de 130 mg/dl, pues los niveles elevados (hipercolesterolemia) provocan la aparición de factores de riesgo asociados con complicaciones cardiovasculares futuras, como hipertensión arterial.

Para mantener los niveles de colesterol, sobre todo el LDL, en su escala digamos saludable, debemos tener buenos hábitos tanto en la actividad física como en la alimentación.

Para ello hay que evitar las grasas trans que vienen en frituras, masa refrigerada, manteca vegetal, crema para café, entre otros.

También limitar el consumo de grasas saturadas, las cuales están presentes en el queso, salchicha, comidas preparadas con manteca de cerdo, aceite vegetal o mantequilla.

Cuando de grasa se trate, la mejor para consumir es la que contiene el aguacate, las nueces, semillas, aceite de oliva, entre otros.

La actividad física es vital para mantener al colesterol en su lugar, se recomienda un mínimo de 30 minutos al día, y también evitar fumar, ya que la exposición prolongada al humo, de forma activa o pasiva, puede reducir los niveles de HDL, del colesterol bueno.

Ante cualquier malestar acude con tu médico y si sospechas que puedes tener hipercolesterolemia solicita que te realicen una prueba de sangre para medir tus niveles de colesterol.

Y algo que no debemos echar en saco roto es el diagnóstico con cierta periodicidad para que en caso de presentar altos niveles de colesterol malo, el tratamiento sea oportuno y así evitar males mayores y salvar la vida. PdC.

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