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Su uso se hizo habitual; esencial en el botiquín

¿A ver adivina adivinador…igual la registra si la tienes normal o alta, igual lo hace contigo que con el medio ambiente, qué es?, de seguro fue inmediata tu respuesta.

Así es, el termómetro, un instrumento del que sólo nos acordábamos cuando se nos subía la temperatura, pero que en estos tres años que ya llevamos de pandemia por COVID-19 pasó a formar parte de nuestro día a día; según los grados que marcara era señal para que nos dejaran entrar o nos impidieran el paso.

Lo traemos a colación justamente por el COVID-19 y los otros virus que nos atacan en esta temporada de frío, y que parece una paradoja: las bajas temperaturas nos provocan que nos de fiebre y se nos suba la temperatura.

Y bueno, también porque hace un par de días, el 22 de diciembre se celebró el Día Mundial del Termómetro, un instrumento tan básico como esencial que se utiliza para medir la temperatura corporal o ambiental y que como decíamos, con esto de los coronavirus su uso se hizo cotidiano.

Con esta efeméride se rinde homenaje a la invención del termómetro y su utilidad en la vida cotidiana, especialmente en el campo de la medicina, que comenzó porque Galileo Galilei lo inventó en 1552 cuando era conocido como termoscopio, usado para medir la temperatura del ambiente.

El invento consistía en un tubo de vidrio y uno de sus extremos terminaba en un bulbo grande, el cual luego de calentarlo sumergía el tubo en agua por el extremo abierto. Al enfriarse el nivel del agua subía cuando el aire del interior del tubo se calentaba o se enfriaba.

El jesuita Jean Leurechon lo nombró como termómetro en el año 1624, el que siguió evolucionando, pues en 1714 Gabriel Fahrenheit (físico e ingeniero polaco) creó el termómetro de mercurio con un bulbo sellado y un capilar de vidrio que permite que el mercurio se dilate y ascienda cuando aumenta la temperatura.

Fahrenheit también diseñó la escala termométrica que lleva su nombre, la cual sigue siendo utilizada en la actualidad.

Posteriormente, Jean-Pierre Christin creó en 1743 el termómetro de Lyon, a base de mercurio y con una nueva escala termométrica de grados centígrados (Celsius).

En 1867 el inglés Thomas Clifford Allbutt hizo mejoras en el tubo de cristal con depósito de mercurio y varilla graduada. Durante la Segunda Guerra Mundial Theodore Hannes Benzinger inventó el termómetro de oído. Mientras que en el año 1984 David Phillips inventó el termómetro de oído infrarrojo.

En la actualidad, por el efecto contaminante de los termómetros tradicionales de mercurio, surgió el digital que está más vigente que nunca, debido a la pandemia por COVID-19.

En el momento más álgido de la pandemia se contaron con dispositivos o cámaras termográficas en puertos, aeropuertos, escuelas y otras instancias, en el establecimiento de controles de temperatura corporal.

Tradicionalmente el termómetro de mercurio ha sido el instrumento de medición de temperatura más conocido, pero hay otros tipos de termómetros que tienen diversas funciones y usos:

*Termómetro de mercurio: son prácticos y con un grado de medición exactos. Se utiliza el mercurio debido a la gran capacidad de dilatación de este metal líquido.

*Pirómetro: es un termómetro de altas temperaturas que se utiliza en fábricas, fundiciones y hornos de cocción. Utiliza diversos mecanismos para la medición, tales como la captación de la radiación infrarroja y la distribución de la radiación térmica.

*Termómetro de lámina bimetálica: está compuesto por dos láminas de metales, con diferentes coeficientes de dilatación distintos.

*Termómetro de gas: son termómetros con una gran precisión, que pueden ser a presión o a volumen constante.

*Termómetro de resistencia: formado por un alambre de metal cuya resistencia eléctrica cambia con la temperatura.

*Termómetro digital: utilizan circuitos electrónicos y sensores integrados, cuyas variaciones de tensión se expresan en dígitos.

*Termopar: utilizado para medir temperaturas basado en la fuerza electromotriz que se genera al calentar la soldadura de dos metales.

Y bueno, este instrumento para tomar la temperatura se convirtió en una práctica habitual para detectar la fiebre, como uno de los síntomas del coronavirus, quién lo iba a decir, ni Galileo Galilei. PdC.

 Foto de Polina Tankilevitch.

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