No obstante que nuestro país tiene más hospitales autorizados para realizar trasplantes de órganos que países como Estados Unidos o España, la donación de éstos en vida o cadavéricos es tremendamente menor.
Quizá las creencias, costumbres o mitos sobre que el cuerpo de nuestros muertos debe estar completo para que descanse en paz, sean un impedimento para donar sus órganos, hay otra realidad abrumadora cuando el único tratamiento para salvar la vida es el trasplante de un órgano que puede tardar años en llegar o que nunca llegará por la falta de donaciones vivas o cadavéricas.
La falta de esta cultura se pone de manifiesto en datos como estos: la tasa de trasplantes renales (tanto vivos como cadavéricos) es de 22.4 por millón de habitantes en México, en comparación con Argentina que es de 37.1 por ciento, y en Uruguay, de 44.3 por ciento.
En el caso de hospitales para llevar a cabo las cirugías, en México hay 273 centros autorizados para realizarlos, en Argentina 59, y en Uruguay sólo tres. Un grave contraste, ya que en nuestro país son pocos los órganos que trasplantar.
La donación de órganos en nuestro país registra tasas extremadamente bajas en comparación con naciones con condiciones socioeconómicas similares, señala el académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Omar Sánchez Ramírez.
El experto universitario señala que es frecuente atribuir las bajas cifras a la falta de cultura de donación, sin embargo hay otros factores como el sistema de salud y la estructura médica para obtener órganos y tejidos.
Explica que en España su sistema de salud tiene identificados a los hospitales en los que pueden obtener donación de órganos, por ejemplo en los que se atienden traumatologías; además de equipos multidisciplinarios para hacer los estudios requeridos en el momento que se presente.
Comenta que la respuesta de la familia a una solicitud de donación es solo un paso de una serie de pasos muy importantes, porque el resto compete a la estructura, organización y políticas para atender un programa de donación.
No existe un seguimiento de calidad en el que se vean y evalúen los procesos para obtener órganos, ver dónde se atora el problema. No hay programas de calidad, expone.
Asegura que incluso México tiene más nosocomios autorizados para realizar la intervención, que Estados Unidos o España. “Se tiene la licencia, pero se hace muy poco, de tal manera que hay hospitales que no reportan donaciones o trasplantes a lo largo de los años”.
Sin embargo, remarca, hay instituciones destacadas en esta tarea como el Centro Médico Nacional La Raza, donde se efectúa el mayor número de trasplantes de corazón en nuestro país, además de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital de Cardiología número 34, en Monterrey.
También hay importante actividad de trasplante de riñón procedente de personas vivas en el Hospital Civil de Guadalajara y el Centro Médico Nacional Siglo XXI, además de entidades federativas como Guanajuato y Puebla; sin embargo, la demanda es alta. PdC.