Recuerdo que cuando pequeña vivía en una casa dúplex, en la parte de abajo habitaban mis abuelitos paternos; mi abuelita Carlota que todas las mañanas salía al patio a colgar las jaulas de sus canarios y a barrerlo, y mi abuelito Hermenegildo que se sentaba en el patio a “tomar el solecito” como él decía.
Fui la nieta más pequeña de tooodos y me consentían pero esto no quitaba que mi abuelito me hiciera repelar constantemente diciendo “niña vaya a darle lata a su mamá”, lloraba y claro venía en mi auxilio mi abuelita y lo regañaba.
Era increíble esos domingos donde la familia se reunía para comer con los abuelos en su casa, mis tías y mi mamá en la cocina con mi abuelita preparando desde las botanas hasta lo que se iba a servir en la mesa.
Mientras el incansable de mi abuelito, que dicho sea de paso fue ferrocarrilero y siempre se ponía música alusiva a esto, se encargaba de preparar el curado de pulque, que según tooodos los que lo probaron era una delicia y algo esperado para esos domingos.
Ya una vez que estábamos comidos, relajados, en medio de la plática y ya entrada la tarde noche se paraba mi abuelito y se iba a la sala porque ya empezaba la tarde de toros, que a mí nunca me gustó, y que para él era un momento agradable, claro todos lo acompañábamos a la sala y ahí se servía el cafecito con leche acompañado de rico pancito, obvio a mí me daban mi “chocolatote” que disfrutaba al lado de ese maravilloso ser.
No tuve mucho tiempo de convivencia con ellos porque murieron cuando era pequeña, pero como recuerdo esos momentos en que mi abuelito me sentaba en sus piernas y me decía “cántame la canción de la rielera” y bueno con mi gran voz yo lo hacía.
Estos instantes que disfrute con ellos fueron inolvidables y me hacen recordar una bella etapa de mi vida. Y ahora ustedes dirán y para que tanto rollo, bueno porque hoy se celebra en México el Día del Abuelo. Y cómo surge esta “festejación” dirán ustedes.
Resulta que en 1982 se decretó conmemorar, a nivel internacional, el mes de agosto como el de la vejez y en nuestro país se decidió hacerlo el 28 de agosto.
Para festejar este día se ha puesto un listón verde que significa el buen estado físico y emocional de la persona adulta mayor con el filo dorado porque ya están libres de compromisos y pueden atender sus asuntos personales y vivir más plenamente
Cada día va en aumento la población de adultos mayores en donde todos vamos a llegar en algún momento de la vida.
Y por eso hay que festejar a esos seres que disfrutan enormemente a sus nietos porque ya no tienen que educar al contrario pueden “malcriar” a los pequeños “demoñios” llamados nietos que les hacen a veces la vida muy dulce y en otras no entienden como se ha modificado tanto la vida.
Doy gracias a la vida por haber tenido a tres abuelitos, cada uno en su diferente forma de ser que me dejaron momentos muy agradables en mi infancia y me imagino que también en la infancia de mis primos.
También agradezco a mi mamá a la “Agüe” de mis hijos, como le decía mi hijo cuando era pequeño, porque sin su ayuda y apoyo mis pequeñuelos no serían las personas en las que se han convertido.
Y no puedo dejar de mencionar a sus abuelos paternos a quienes nombraban, Mamá Güera y Papá Viri que en los momentos más difíciles de mi vida estuvieron al pie del cañón apoyándonos y queriendo a mis hijos como solo los abuelos lo pueden hacer.
Así que no solo los festejemos este día sino todo el tiempo que la vida nos permita tenerlos, disfrútenlos, escúchenlos porque ellos tienen la sabiduría, que todos esperamos tener cuando lleguemos a esa edad, no los dejen solos y abandonados.
Desarrollemos historias y recuerdos con ellos para que cuando estemos grandes y volteemos al pasado tengamos una historia maravillosa de nuestra familia. PdC.
“Son los abuelos los que hacen que el mundo sea un poco más suave, un poco más bondadoso y bastante más cálido”. – Anónimo.
Escrito por CM.