Hoy, Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, un trastorno de la salud mental que desafortunadamente se está volviendo muy común al punto de ya convertirse en una pandemia, pues más o menos 300 millones de personas la padecen en todo el mundo.
La depresión no es privativo de una clase social o raza, pero las mujeres son quienes más presentan este trastorno con respecto a los hombres.
En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas (20.37 por ciento mujeres y 14. 48 por ciento hombres).
Mientras que, en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 300 millones de individuos padecen ese trastorno, destaca el académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, Gerardo Mora Gutiérrez.
El especialista refiere que es una enfermedad mental que afecta en mayor medida a las mujeres. “Se trata de una gran pandemia silenciosa y como sociedad estamos limitados para entenderla y visualizarla.
Incluso socialmente existe una desvalorización a todo lo que tiene que ver con las manifestaciones del estado de ánimo, lo que también afecta a infantes y adolescentes en quienes se observan altos niveles de depresión que se asocian a la falta de condiciones de cohesión dentro de la familia y el entorno”.
En ocasión del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemora el 13 de enero, el experto aclara: no es que vivamos una época de depresión momentánea, sino que converge en la actualidad la depresión estructural que se manifiesta en la sociedad y que nos ha repercutido por los diferentes acontecimientos que hemos vivido en los últimos tiempos.
Pensar en un día mundial de lucha contra la depresión tiene que ver con sensibilizar a la población en torno a que todas y todos somos parte de esta sociedad, que podemos tener –en algún momento de nuestras vidas– crisis depresivas, que debemos comprender esta afectación mental porque puede convertirse en una patología grave que podría generar incluso, discapacidad.
Pero como sociedad la mejor manera de enfrentarla es otorgar más voz y ruido a los estados de ánimo, al reconocimiento de que no siempre podemos estar bien y que el bienestar y la salud mental son estados ligados a sentirnos con vida, con plena capacidad de emprender acciones y sentirnos útiles. PdC.